sábado, 12 de marzo de 2011

Pernocta

Un día llegué a mi habitación con una chica preciosa, que me gustaba muchísimo, rubia, muy guapa, nos habíamos pasado toda la noche juntos, tonteando, no paraba de acariciarme los labios y yo no paraba de cogerla de la cintura, nos abrazábamos mucho.

Todo iba perfecto, ella estaba buenísima, solo con mirarla me empalmaba, estaba tremenda, ella dijo: “voy a mirar una cosa del móvil”, yo aproveche ese momento para ir 5 segundos exactos al baño, en esos 5 segundos me dije a mi mismo, “¡Dios mío! Que pedazo de chica más increíble, pene no se te ocurra fallarme bajo ningún concepto”

Cuando volví a entrar en la habitación ella estaba dormida, pensaba que era una broma, intente despertarla, no quería despertarse, bajo ningún concepto. A la mañana siguiente amanecio, ella se fue, yo estaba empalmado, desvelado, enamorado y enfadado.

Esperaba con tanta ilusión que pasara algo. En ese momento solo había una palabra que se me pasaba por mi cabeza...

¡¡¡...PUTA CALIENTAPOLLAS!!!

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