miércoles, 30 de marzo de 2011

Tiempo

Estaba con una chica en la cama y de repente recordamos cuando nos conocimos y habían pasado ya cinco meses. ¡Cinco meses! Es mucho sí, y a la vez es tan poco. Parece ayer cuando la conocí y sin embargo está tan lejano, y la conocí dos meses después de quedarme soltero. Y mi anterior relación duro ¿Cuánto? ¿Diez meses? y antes de eso llevaba ¿dos años y medio trabajando en una tienda de comics? y empecé a trabajar allí a los seis meses de empezar a vivir solo y entonces, tenía... ¿veinte o veintiún años? Y ahora tengo 24. En Septiembre haré 25 y dentro de 25 años si aun vivo, estaré rememorando lo que hice hace 30 años y echándolo de menos. Como ahora echo de menos el ayer.

Yo estaba ese día acurrucado sobre mí mismo en la cama, en posición fetal, acongojado del mundo, asustado, atemorizado ante la aterradora idea del tiempo. Y ella me abrazaba por detrás.

sábado, 26 de marzo de 2011

Un día me sentía como...

No sabría ni como expresarlo, estaba dando vueltas por mi habitación, dando tumbos en la cama y reventando profundamente en mi interior. Me moría.

Llamémosle el Día X

Mi ex-novia, que dos semanas antes me quería más que nunca, que una semana antes estaba pensándose si quería seguir conmigo, que cuatro días antes decidió que dejáramos de ser pareja “como el que cuenta que ha decidido que seguimos siendo amigos” * que tres días antes me dijo que me quería pero que no quería seguir teniendo una relación, que un día antes estaba liándose con otro.

Pues el día X, ahí estaba yo, en mi habitación, encontrando sentimientos que destrozaban mi alma como nunca antes nada lo había hecho. Sí soy una puta nenaza porque lloraba más que cualquiera, tanto que me recuerdo y me doy coraje, estaba tan destrozado...

Nunca antes había tocado fondo de forma tan literal. Gritaba y lloraba y me ahogaba dentro de mi mismo. La llamé y la insulte, entre otras cosas, lo que más le dolió fue lo de: Puta. Creo que siempre me guardará rencor por eso, y lo siento, pero un poco si que lo fue...

Y yo, necesitaba agarrarme a lo que fuera para sobrevivir.



*Temblando - Hombres G

miércoles, 23 de marzo de 2011

Mí gato

Recuerdo un jueves en concreto que acabé con una mujer casada en mi cama. Sí, he estado con una mujer casada en la cama ¿Qué donde está mi moral? La pregunta más bien es: ¿Dónde está SU moral? Porque es ella la casada no yo.

Aunque en otra época no hubiera acabado con ninguna mujer con pareja en mi cama, las cosas cambian... pero eso es algo que ya contaré más adelante.

En cualquier caso, esta historia trata sobre mi gato. Como ya he dicho estaba con la mujer casada en mi cama, me salto los preelimínales sobre como acabamos desnudos y sobre como ella acabo encima mía, aunque nunca la olvidare a cuatro patas interesada en los libros de la estantería porque, entre nosotros, tenía un culaco y un coñaco dignos de ser reventados hasta la saciedad. Estaba encima de mí, moviendo su cadera sinuosamente, a la espera de que la penetrará, cuando mi gato entró en la habitación y se nos quedo mirándonos a la cara fijamente.

No me malinterpretéis, no es que me guste que mi gato me mire a los ojos mientras mantengo una relación sexual, pero esa chica... mujer, le bufó a mi gato. Esté se hincho asustado y se fue corriendo. Si me hubiera pedido que echara al gato y cerrase la puerta lo habría hecho, y claro que le habría dado permiso para echar al gato fuera. Pero ella bufó a mi gato. MI GATO.

Mi: Palabra en clave que significa: Mío

Gato: mascota felina a la que le tengo aprecio porque es: Mía

Y le dije: “No le bufes a mí gato, el lleva aquí 2 años y tu acabas de llegar y en mi casa mi gato manda más que tú.”

Creo que se lo tomó a mal, porque se vistió, se fue y nunca más he vuelto a verla.

sábado, 19 de marzo de 2011

Monopoly

Una vez estaba en mi cama jugando al Monopoly con una chica. La partida estaba bastante compensada para ser del Monopoly, ya que, normalmente, uno tiene la hegemonía del tablero mientras que el otro, solo pierde. Pero aquella vez en concreto, todo estaba sencillamente equilibrado.

Los dos dados de seis bailaban en mi mano, y acababa de pagar 20.000 del impuesto de lujo, los dados sacaron una ridícula tirada de 3 en total. Pase por la casilla de salida y cobré los 40.000 y me coloqué en la Avenida Cataluña, esa calle barata que está al lado de la casilla de salida y que cuesta unas ridículas 12.000 Pesetas. Solo 2.000 pesetas más de lo que me costo en su día la Game boy color.

Entonces comenzó una de las peleas más sin sentido que he tenido el placer de disfrutar en mi cama, cuando esa chica comenzó a gritarme: “¡Has sacado el tres apropósito! ¡Querías caer en esa casilla solo para joderme esa calle que sabes que me gusta! Lo has hecho con maldad, apropósito. Hijo de puta. Yo que había confiado en ti.”

Anonadado me hallaba, tomándome dichas difamaciones a broma, hasta que después de unos 5 minutos de insulto, la chica se fue de mi casa enfadada, tras partir mi Monopoly en dos y lanzármelo junto con las casas y hoteles que en esta se encontraban.

miércoles, 16 de marzo de 2011

¿Y si las paredes de mi casa son de papel?

A veces estoy medio dormido, pensando en mis cosas y escucho a ese vecino mío que ronca mucho. No me quejo, no me molesta, y aunque me molestara sería mi problema porque el pobre tiene serias contrariedades y no se le van a solucionar porque yo le diga, perdone podría no roncar.

El caso estoy tumbado, medio dormido como ya he dicho, pensando en mis cosas y escuchando al tipo este que ronca como una locomotora y pienso: “¿Y si no ronca tanto? ¿Y si solo ronca un poquito? ¿Y si apenas ronca y las paredes de mi bloque son de papel?” Y varías preguntas más así por el estilo, es entonces cuando al cabo de no mucho tiempo, pienso: “¿Me escucha cuando estoy follando? ¿Cuánto me escucha?”

Y lo que más me intriga, lo que no querría saber y que las respuestas que a veces se me pasan por la cabeza me producen escalofríos. “Sí me oye... ¿Qué hace este hombre cuando me escucha?”

sábado, 12 de marzo de 2011

Pernocta

Un día llegué a mi habitación con una chica preciosa, que me gustaba muchísimo, rubia, muy guapa, nos habíamos pasado toda la noche juntos, tonteando, no paraba de acariciarme los labios y yo no paraba de cogerla de la cintura, nos abrazábamos mucho.

Todo iba perfecto, ella estaba buenísima, solo con mirarla me empalmaba, estaba tremenda, ella dijo: “voy a mirar una cosa del móvil”, yo aproveche ese momento para ir 5 segundos exactos al baño, en esos 5 segundos me dije a mi mismo, “¡Dios mío! Que pedazo de chica más increíble, pene no se te ocurra fallarme bajo ningún concepto”

Cuando volví a entrar en la habitación ella estaba dormida, pensaba que era una broma, intente despertarla, no quería despertarse, bajo ningún concepto. A la mañana siguiente amanecio, ella se fue, yo estaba empalmado, desvelado, enamorado y enfadado.

Esperaba con tanta ilusión que pasara algo. En ese momento solo había una palabra que se me pasaba por mi cabeza...

¡¡¡...PUTA CALIENTAPOLLAS!!!

miércoles, 9 de marzo de 2011

Ronquidos

Mi vecino ronca. Pero para que cuente en este blog que mi vecino ronca, imaginaos como tiene que roncar mi vecino... bueno, a lo mejor es una vecina, pero si es una vecina me la imagino increíblemente gorda, por eso prefiero imaginarme que es un vecino.

Yo estoy en mi cama, tumbado, de lado en posición fetal, parezco un signo de interrogación (?) cogiendo el sueño. Que yo soy de coger el sueño rápido, ahora, hace unos años me costaba la misma vida. Y en cuanto en mi habitación se hace el silencio y empiezo a disiparme en el sueño, una taladradora comienza a agujerear la pared con sus ladridos sordos como de sierra rascando un árbol.

Siempre duermo con la puerta cerrada para que el gato no intente entrar en mi habitación y para no escuchar sus maullidos también cierro la del pasillo, para que no corra el aire, tengo todas las ventanas cerradas y aun así, ese hombre donde quiera que este dormido, ronca tan fuerte, que atraviesa la pared de su casa, atraviesa el patio, atraviesa la ventana del cuarto de los trastos, atraviesa o bien mi armario empotrado o bien el pasillo (lo que vosotros prefiráis) y consigue llegar su sonido claro y nítido hasta mi oído. (En ese momento me siento como superman cuando utiliza su súper-oído)

Parece que esté dormido al lado de una persona que ronca muy fuerte. En serio, ese vecino mío tiene un problema grave de ronquidos.

sábado, 5 de marzo de 2011

¿Como empezo realmente todo?

Bien, estaba en la cama con una chica guapa, delgada, bajita, no daré más detalles, excepto uno, estábamos desnudos, sí, íbamos hacer lo que piensas, a no ser que estés pensando en cualquier cosa que no sea sexo, hacía dos días que me había sentido abandonado apenas podía dormir, comer o ser capaz de querer vivir mi vida. Y aun me encontraba destrozado, dolido, jodido, apaleado, machacado, sacudido, en definitiva estaba hecho un desperdicio, totalmente roto. Si tienes la sensación de que estas palabras ya las has leído antes en mi blog, es porque así es, en la entrada anterior. Esto sucedió 12 horas después de lo que conté en la entrada anterior. Es otra chica distinta no es la misma, fue muchísima casualidad que coincidiéramos nos encontráramos y viniésemos a mi casa.

Mi mente decía que cuanto antes tuviera sexo con otra chica, antes dejaría de estar mal, empezaron las caricias, los arrumacos, los frotamientos testículo/vaginales y llego la hora de ponerse el preservativo, me incorporo un poco lo suficiente para cogerlo y allí estaba, la caja de condones que había comprado dos semanas antes, para gastarla con ella, con seis condones dentro, acompañada en la mesita de noche de otras dos cajas de condones que estaban cerradas y sobre esa puta caja de condones mi corazón. Un colgante de piedra con forma de corazón que le regale y que ahí estaba. Adiós pene erecto, hola melancolía.

Esta chica fue comprensiva conmigo, me abrazo desnuda, me beso en la mejilla, puse mi cabeza en su pecho y la abracé, había confianza de antes. Ya habíamos estado en la misma cama otras veces, de no ser así además de triste me sentiría humillado. Y ella de forma clónica, idéntica a la chica que doce horas antes estuvo en mi cama dijo: “la cantidad de historias que tiene que tener esta cama.”

Y ahí, justo en ese preciso momento, justo ahí. En ese punto, la idea estallo en mi mente. Hoy 7 para casi 8 meses después de aquello, desvelo la chispa que genero esta idea.

miércoles, 2 de marzo de 2011

¿Como empezo todo?

Cuando se me ocurrió esta descabellada idea, yo estaba destrozado, dolido, jodido, apaleado, machacado, sacudido, en definitiva estaba hecho un desperdicio, totalmente roto. Acababa de quedarme en el aspecto sentimental de la palabra: Solo.

Y un vació aterradoramente sobrecogedor se abría ante mí. ¿Y que hice? Pensaba quedarme tumbado en mí cama y esperar a morir. Estaba tan...

El caso es que hacía dos días que me había sentido abandonado apenas podía dormir, comer o ser capaz de querer vivir mi vida. Estaba en mi cama, donde se van a desarrollar todas las historia que aquí os narre, sonó el porterillo, una amiga mía había venido a verme, no porque estuviera destrozado por lo de mi ex, si no por pura casualidad. Con ella, había tenido algún que otro encuentro esporádico... ¿no se si... me explico?

Le conté lo que me había pasado, nos abrazamos, y le propuse sexo amistoso por compasión. Ey que yo estaba muy mal. Ella se rió y me confeso que de no tener novio, aceptaría. Después acaricio mi cama con una mano y me dijo mirándome, mientras yo miraba mi cama: “la cantidad de historias que tiene que tener esta cama.” Mi mente pensó: “Pues no conoces ni la mitad. ¡Dios! Si empezara a escribirlas...”

No es necesario que me creáis, pero ahí no se me ocurrió la idea del blog. La idea del blog, llegó después.