miércoles, 20 de junio de 2012

Un inocente masaje


¿Te duele la espalda? Anda, túmbate que te doy un masaje, tengo crema para masajes ¿quieres? ¿Sí? Quítate la camiseta que si no te voy a poner perdida de esto...

(Odio la puta crema de masajes, no me gusta su tacto aceitoso, me da asco, y tampoco me gusta como huele, pero me gusta tu espalda desnuda...)

Te desabrocho el sujetador. Y  lo hago con una mano, me hace sentirme poderoso.

(Mientras le masajeo la espalda, su sexy espalda desnuda, estoy sentado sobre su trasero, eso me excita un poco, a veces aprietas en un punto concreto que nadie sabía lo erógeno que era. Se escapa un gemido de sus labios y sospecho que ha tenido que notar lo dura que se me ha puesto. Me paso un rato masajeándole la espalda, los brazos, las piernas, vuelvo a la espalda de nuevo y la tengo desnuda boca abajo en mi cama, tan solo con unas braguitas)

Ya me he cansado de darte masajes, así que me tumbo aquí a dormir. (Frase bromista que aprovecho como excusa para tumbarme sobre ti. Te abrazo y después...)

1 comentario:

  1. A mi me da un poquito de asco las cremas pero hay que reconocer que si te tienes que pringar... ¡te pringas!

    ResponderEliminar