sábado, 12 de noviembre de 2011

Los hombres... también fingimos.

Una chica me pregunto a finales de mayo que si yo, alguna vez, había fingido algún orgasmo. La respuesta: Sí.

Los hombres...también fingimos orgasmos. Un ejemplo de ello fue en una mamada, las mamadas me encantan, cuando se hacen bien... o cuando no se hacen mal, pero a veces hay chicas que no piensan en que los dientes, sobran. Si eres chica o chico (aunque los chicos lo saben por naturaleza) y tienes la boca chica y no te cabe una polla en la boca sin rozarla con los dientes y tienes muchas ganas de chuparla... como consejo personal: limitarse a lamerla, besarla y frotártela por la cara mientras la masturbas. Sí quieres puedes hasta escupirle, en las películas porno lo hacen y a nadie le asco verlas. Pero no raspes con los dientes, no juegues a que vas a morder, a no ser que os gusten a ambos esos juegos, y si te duele el dedo a ti misma al hacerlo. ¡Ni de coña se te ocurra hacer lo mismo con un pene! Tiene muchísimas más terminaciones nerviosas.

Esa chica quería que me corriera en su boca y eso es algo que me encanta hacer. Pero... Yo no soy de esas personas que disfruten sintiendo dolor y miedo, miedo de que me la arranque con los dientes, dolor el que me producía. Fingía que me estaba encantando, porque la muchacha se estaba esmerando, pero la pobre no sabía y estaba tan ilusionada con mi polla en la boca que me sabía mal decirle, por favor, para. Tenía que haberle propuesto que abriera la boca y yo ya me... olviden esto último.

Así que el caso la coloque a cuatro patas y se lo hice hasta que se corrió. Después ella esperaba que yo me corriese y bueno entonces fue cuando dije: “Oh, oh, oh, sí, me encanta, voy a correrme. Sí...” y no me corrí, no tenía ganas después de ese desperdicio de mamada. Después, yo fui a “comprobar” el preservativo. No era cuestión de que fuera ella y se diera cuenta de que no había nada que comprobar.

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