sábado, 21 de abril de 2012

Superman

Retomo el tema de: “los hombres también lloran” Para hablar del mayor calzonazos de la historia: Superman. No solo lleva los calzoncillos por fuera si no que su mujer manda y le obliga a quedarse en casa a cenar aunque tenga que salvar al mundo.

Nos lo pusieron de ejemplo como hombre masculino allá donde los haya. Si estoy en una conferencia y quiero hablar de machismo y quiero usar un ejemplo de tipo duro pondría a MACHETE, no a superman.

Querían dar la impresión de que las mujeres en la sociedad eran débiles, sumisas, guardianas del hogar y estúpidas y nos ponen de ejemplo a Superman. Mal ejemplo.

Señor conferenciante, creo que no es consciente de que Superman está casado con Lois Lane, una chica independiente, inteligente, nada débil y que es una tía que le pone los huevos de corbata a Superman cada vez que quiere. Es la tía que tiene que recordarle a Superman que tendrá toda la súper fuerza, superconstitución, supervelocidad y superpoyas en vinagre del mundo, pero ella manda por su santo coño. Porque es mejor, porque es más lista, porque tiene más valor, porque es una tía y porque es capaz de hacer solo con sus palabras desde un periódico más de lo que es capaz de hacer superman con todos sus súper poderes. ¿Por qué? Por que ella es inteligente y él es imbécil. Así que si vas a dar un discurso feminista sobre como los hombres usan a las mujeres como objetos, usa un ejemplo de un hombre que folle con tías y las abandone como a pañuelos llenos de mocos. No pongas un ejemplo de un tío súper poderoso que no tiene nada que hacer contra una mujer porque ella es mejor que él, si no vas a usarlo como moraleja final de que las mujeres son mejores que nosotros.

En la viña del señor hay de todo, mujeres listas y hombres estúpidos, mujeres estúpidas y hombres listos. De todas formas es raro porque por norma general tanto el 98% de la población tanto masculina como femenina es imbécil. Generalizar para hablar del machismo estaba muy bien, hace 20 años, la sociedad ha cambiado. Y hablar de diferencias es marcar la diferencia porque ahora, no las hay.

Espera si que las hay, ahora lo malo es ser un hombre blanco de entre 25 y 55 años.

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