sábado, 17 de diciembre de 2011

¡¡Fuego!!

En esta historia yo no estaba presenté, y mi cama vuelve a ser la protagonista de nuevo. Yo concretamente estaba calentando, preparándome físicamente para la asignatura de acrobacias cuando desde la ventana de clase a unos 3 Km. de mi casa veía llover.

¿Y...? Hace tiempo cambié la cama de sitio. Debajo de la ventana, me preocupa que se moje la cama, sí, pero más me preocupaba: el enchufe. Justo debajo de la ventana y al lado de la cama está el enchufe. Que me dejará la ventana abierta fue motivo de mi preocupación. Si el agua entra en el enchufe... si el enchufe explota, si saltan chispas a la cama que está llena de ropa y si esta empieza arder...

Todo el dormitorio en llamas y nadie allí para apagarlo.

Mira el lado bueno, me dijeron: “Como no estás allí durmiendo, si eso pasa, tú, no morirás envuelto en llamas.” Yo contesté: “Eso es cierto. Pero si no me despertase a tiempo para salvarme y muriese, no me preocuparía quedarme sin casa”

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