sábado, 9 de abril de 2011

El fantasma

Me da igual que no creáis en los fantasmas, ya os he dicho que todas mis historias son reales y verídicas.

Y resulta que el martes 15 de marzo de 2011, estuve leyéndome y viendo la película de Hamlet, para hablar del libro al día siguiente, miércoles, en clase de Dramaturgia. Esto último no sucedió en mi cama pero sirve para poneros en antecedentes. Total, que cuando acabe, a las dos de la mañana, estaba muy, muy, muy cansado. Pero de una forma extraña, ¿no se si alguna vez les ha pasado a ustedes...? Tener muchísimo sueño, pero no poder dormir, por alguna extraña inquietud del alma.

Recuerdo que estaba dándole la espalda a la puerta de la habitación, pensaba, si alguien quisiera matarme y entrara por esa puerta no lo vería, pero si me va a matar nada más entrar por la puerta... ¿Qué más da que lo vea si me va a matar igual?

Y con ese pensamiento me medio quedaba durmiendo, hasta que de pronto ¡PUM! Se abrió de par en par la puerta de un portazo increíble, no daba crédito a lo que veían mis ojos. Allí cuando me levante agitado de la cama y me gire hacía la puerta... estaba por increíble y falso que creáis que es, estaba el fantasma, el fantasma de Hamlet mirándome, con una mirada aterradora que producía en mí el más profundo respeto y temor, inmóvil, sabía que iba hablar y su voz inundaría la habitación.

Reíros de mí si queréis, adelante, pero notaba el corazón en la garganta y palpitaba tan fuerte, tan intensamente que podría haberme ahogado. Y cuando el fantasma iba abrir la boca... me desperté. Totalmente agitado me gire hacía la puerta, no había fantasma, ninguno. Todo había sido un sueño, pero que sueño.

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