miércoles, 26 de diciembre de 2012

Navidad



La fiesta por excelencia de los niños, pero ya no “semos” niños. Ves a los mocosos, jugando, riendo y esperando con ansia sus juguetes y es donde más se nota toda esa ilusión de la que hablan. A mí no me gusta especialmente ni la Navidad ni los niños, pero considero que mi deber racional como ser humano y ser vivo que soy, son: Nacer, crecer, reproducirse y morir.
Ya nací, ergo estoy vivo y soy un ser vivo, todas esas responsabilidades también son mías ahora, ya crecí que fue la parte más divertida, ahora estoy en espera al momento reproductivo, es la única forma que tenemos para creer que algo mío sobrevivirá a mi muerte. Sinceramente si no tuviera que morir nunca, tal vez no me molestaría en reproducirme. Por eso a pesar de que no me gusta los niños. Quiero algún día tener hijos. La verdad es que creo que las relaciones monogámicas son anticoherentes con el ser humano y su naturaleza, pero si que le veo una función reproductiva importante: Generar estabilidad emocional para una cría humana.

Después de estas navidades me he despertado y no hay  regalos de Papa Noel, ni Santa Claus a los pies de mi cama, seguro que cuando llegue el día de Reyes tampoco.

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