Hace poco me acordé de ti, solo de ti. Acababan de despedirme del trabajo y estaba tumbado en la cama de una habitación de hotel y había pasado toda la tarde pateándome una calle que tenía tú apellido. Tenía tantas cosas en qué pensar y solo pensaba en ti, en ti una y otra vez, tu nombre, tu cara, tus besos, nuestro mundo bajo las sabanas. Siempre hablo de lo mucho que quiero o he querido a otras, pero nunca hablo de cuanto te quise o te quiero o te puedo llegar a querer. Porque tú tienes algo que hacía, que en mí, surgiera una chispa que no había, zarandeabas mi vagueza y espabilabas mi espíritu, hacías que me enfureciera como muy pocos por no decir nadie lo han conseguido. Siento no haberte hecho sentir especial, pero es que soy suave, yo, soy un pelele, a veces me siento como un juguete de princesas. En mi cabeza, todo gira en torno a ti de nuevo, como hace mucho tiempo. Y echo de menos estar contigo en mi cama aun sin hacer nada.
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