Sí, tú, chica, déjame que te recuerde lo que eres. Estate bien atenta porque quiero que no se te olvide lo que eres: eres una princesa adorable, preciosa, inocente, buena, un poco tonta a veces, ingenua, dulce, cariñosa a ratos, que se muerde los labios y que juega con los dedos cuando está nerviosa, eres una princesa pequeña, enana y preciosa, inteligente, decidida y valiente (aunque no te lo creas) y como todas las princesas ahora estás en la época en la que te toca añorar, pero ya llegará algún caballero de brillante armadura y te hará feliz.
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