Destrozas mis pantalones, para masturbarme con tus manos y metértela de forma violenta en la boca, te llenas la boca de mí y yo busco tus caderas con mis labios bajando por tus costados con caricias y besos y bajo con mi boca entre tus piernas para inundarte de mi lengua. Sigo buscando tu éxtasis, quiero que te deshagas en mi boca, con mi lengua, introduzco mis dedos dentro de ti y aprieto tu culo con mis manos para que mi lengua entre aun más dentro de ti y tú haces lo mismo conmigo, para sentir mi dureza inundando tu boca, frotando tu lengua y sintiendo tu saliva, la notas palpitar y sientes tu corazón en mis labios. Deseas que el momento no termine y ambos continuamos aguantándonos las ganas para que el final no llegue.
Nuestras bocas se hacen de agua y no paramos de tragar la saliva que se nos resbala del placer, estando apunto de acabar nuestro ritmo se vuelve arrítmico y en un ataque de pasión paramos los dos a la vez, me abalanzo sobre ti, te coloco sobre el suelo frío sacando mi lengua de ti y alejando mi pene de tu boca, nuestro deseo hace reaccionar a nuestras bocas como imanes y comenzamos a besarnos mientras te penetro rápidamente a toda velocidad. Nuestros besos dejan de ser constantes porque a veces nuestros jadeos no nos permiten besarnos, tus uñas se clavan en mi espalda, mis dientes en tu cuello, los tuyos sobre mis hombros, mi pene en ti y mis manos acarician sin parar tus pechos y tu culo. El suelo está frío, estás debajo de mí pero no te gusta y luchas por colocarte encima, entre gemidos me vences y cabalgas sobre mí, el espectáculo me vuelve loco, tus pechos botan sobre mi boca y tu te los acaricias para seducirme más, el palpitar dentro de ti te destroza de placer y a punto de romper de placer comienzas a gritar te embisto una y otra vez levantándote sobre mi cadera te aferras a la pared porque el placer hace que pierdas todas tus fuerzas y entre un golpe y otro me levanto metiéndotela con fuerza contra la pared y comienzas a chorrear. Inmensamente húmeda, me muero de ganas por correrme dentro de ti, pero te derramas sobre el suelo porque estás perdiendo las fuerzas y solo te mantienes a cuatro patas, continuamos haciéndolo así mientras te beso la espalda, te lamo la nuca, el cuello y te masajeo los pechos. Tu cuerpo me vuelve loco y empiezo a correrme dentro de ti, contigo, del placer muerdo tu cuello con tanta fuerza que te hago gritar y golpeas con tus caderas mi pene para sentirla más profunda. Habiendo acabado continuamos un poco más, tú y yo, sin parar, cada vez más despacio te das la vuelta y nos miramos, nos besamos mientras lo hacemos por inercia me vuelves loco y entonces te pregunto si ¿quieres que sigamos mas?
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