En mi habitación, ¿tranquilamente, limpiando? más bien enfrentándose a las hordas infernales de la ropa sucia. Los inmensos monstruos de las sabanas, la maleta abierta de la última vez que me fui de vacaciones y aun siguen ahí los restos de esa bestia que ingiere ropa. Las momias de papel higiénico que destrozó el oscuro semblante felino, las deformes hebras de envidia*, los innumerables pies sin piernas*, las piernas arrancadas del cuerpo, los torsos infectos que en su inmundicia son la mansión que guardan los maléficos insectos aberrantes y alados. La nieve sobre las cimas de madera de mis muebles, inunda la estancia y la hace inhabitable, falta la respiración, por donde la luz entra de par en par, se puede respirar a momentos. Desde un estante, el más alto, me observan, los ojos fríos de una imagen inmóvil. La imagen de mi pasado. Antes de que ni siquiera pudiera imaginar esta morada. ¿Alguien sospecharía en aquel entonces que acabaría aquí? Y entre esa montaña de basura, un condón.
Del pasado.
*1 = envidia: sinónimo de pelusa.
*2 = calcetines.
Eso es una señal del cielo... que no quieren que cumplas el propósito de año nuevo.
ResponderEliminar