La propuesta de este año nuevo es: No volveré a besarme ni acostarme (entiéndase acostarme por: tener sexo con penetración del pene dentro de la vagina) con nadie hasta que: Bese a alguien a quien quiera. Es todo un reto y un desastre.
Por un lado, está la ventaja que al tener esa premisa, la imaginación sexual evoluciona, por otro, está la siguiente situación que siempre se repite y es que acaban masturbándome suplicándome que la meta. Por otro lado, lo mejor de todo es que me la chupan y que quien quiere follar conmigo siente más deseo. Lo cual me convierte en un calienta retículas.
La pega de todo esto es que, si cumplo mi propósito, no voy a besar a nadie hasta que bese a alguien a quien quiera, queda mucho para que vuelva a besar a alguien y mucho para que vuelva a follar. Casi se podría decir que volveré a ser virgen. Lo cual aun no he decidido si es: lamentable, ridículo, patético o romántico.
Ese es el propósito de año nuevo. Un lance patético.
GILIPOLLAS!
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