Una vez me ocurrió algo muy raro con una chica con la que estaba ¿saliendo? me pregunto si estaba saliendo porque duró tan poco... A lo que iba, lo importante, ella era mi nueva novia, lo llevábamos en secreto y algo me paso en un sueño.
En mi sueño acabe con una chica preciosa, en la cama, estaba buena y esa chica ¡no era mi novia! Empezamos con inocentes besos en las mejillas y con no tan inocentes besos en el cuello, en ese sueño, yo era consciente de que tenía novia. A veces uno se deja llevar, otras se controla, se siente culpable, no sé no voy analizar las distintas reacciones de una persona ante esa situación pero el sueño era tan real, y yo, con plena conciencia de mis actos: decidí que no me importaba tener novia, me apetecía tener sexo, con esa chica y podía hacerlo. Mientras lo estaba haciendo, no me gustaba todo lo que eso significaba pero me daba igual, hasta por un momento pensé, ella no va a enterarse jamás si no se lo cuento.
Fue la primera vez que puse los cuernos, unos cuernos oníricos desde luego... ¿me pregunto si eso es tan grave como poner los cuernos de verdad?
El caso es que al despertarme, al ser consciente de que era un sueño, eso ya no importaba, era lo de menos. Ahora era consciente de que cualquier chica bella, atractiva, simpática, podría ser la chica de mi sueño y no me importaría engañar a la que en ese momento era mi novia. Yo no soy así y me esforzaré en que así sigua siendo, así que hice lo que creí más oportuno, llamar por teléfono a mi novia y... bueno... dejarla...
Pero, ¿os he contado ya que yo nunca he llegado a dejar a nadie?
Nosotros no dejamos, hacemos que nos dejen.
ResponderEliminar