Viajé al pasado y cuando regresé al futuro cambiaron cosas que no deberían haber cambiado... el mundo entero está cambiado y ahora todos los que son como yo, magos, están condenados a morir. No sabemos como solucionarlo. No sé que hacer. Así acabo la última partida de Anima de Julio. Y una vez más me encontraba pensando en los errores que he cometido en el pasado. Y en mi cama llego la hora de reflexionar.
No podemos viajar atrás en el tiempo como en las películas, ni cambiar lo que hemos hecho y probablemente si lo hiciéramos no traería nada bueno. Y recordé a un par de chicas con las que me comporté como un capullo, puede que queramos creer que hacemos lo correcto...
Hace años quería hacer lo que creía correcto, sentía que estaba haciendo algo mal y tenía que dejar de hacerlo, pero no tenía una maquina del tiempo para evitar hacer lo que ya había hecho. No sé ni como empezar, pero veía en los ojos de ella que... que me quería, de verdad, y sentía que yo no podía o más bien no debía corresponderla... ni siquiera me moleste en descubrir si podría sentir algo por ella, no sé, yo no suelo así, pero tenía que hacer que dejará de sentir ese cariño tan especial por mi, no quería, o no sabía... Dios es tan difícil. Sencillamente pensaba que era lo correcto aunque era cruel, era esa temporada en la que uno alcanza su arrogancia moral y piensa que todo está justificado.
Recuerdo que pensé: “Haga lo que haga voy hacerle daño sin querer. Si consigo que me vea como un cerdo, decepcionarla y que me odie, probablemente duela menos”
Vaya imbecilidad, solo recuerdo que le hice daño y que me reí para que me odiase y le fuese más fácil olvidarme o yo que sé. Solo recuerdo una vez en mi vida en la que me haya comportado de peor forma que con ella. Sé que no puedo volver al pasado y que no hay nada que hacer. Ni siquiera me voy a sentir mejor conmigo mismo por hacerlo pero creo que tengo que hacerlo, no sé si lo leerá, ni si en caso de hacerlo significará algo para ella, desde luego sé que no solucionará nada, ni tampoco tengo intención de solucionar nada, solo tengo que hacerlo... allá va.
No intento que me perdones ni nada y después de tanto tiempo ya ni siquiera me odiaras, te será completamente indiferente, pero en cualquier caso, me comporté como un imbecil y lo siento.
Tampoco hay que flagelarse excesivamente.
ResponderEliminarLo importante es la enseñanza que has sacado y que no se vuelva a repetir.
Si volvieras a hacerlo, entonces sí serías de verdad un cernícalo.