Morirse y Suicidarse

A veces, lo hecho de menos todo de ella, cuando estaba triste, cuando me abrazaba, cuando discutíamos, cuando colocaba el cuello bien en la almohada y me tenía 5 minutos incomodo mientras ella se peleaba con la cama, cuando la abrazaba, la besaba, cuando me insultaba, cuando nos sentábamos a hablar, hecho de menos el camino a su casa, darle toques, que me llame, hablar y las pausas raras en las que no se dicen nada por teléfono porque ya nos lo hemos dicho todo, cuando estaba triste y me decía que me quiere. Y ella tenía su vida tan organizada y yo no entraba en sus planes, que aun doy gracias a lo que quiera que fuese que hizo que ella y yo nos amasemos durante ese suspiro de tiempo. Aunque fuese el final lo más doloroso que he vivido.

Leo en mi diario del 18 de Septiembre: Es un tiempo muerto, pero no hemos cortado definitivamente, cuando ella lo decida se avanzara en la relación si puede ser o se acabara y ella es una chica segura así que probablemente si se acaba, es para siempre.

Y se acabó para siempre. Ni siquiera nos hablamos.

Compré 2 cajas de condones para nosotros, que todavía lamento y celebro haber tenido que gastar con otras personas. Me habría suicidado si hubiese sido ella la que hubiera gastado los condones que yo compré para nosotros.

Al poco de que lo dejáramos, ella, para sentirse mejor, se lió con un tío. Yo estaba tirado en la cama y a día de hoy no sé si me hace gracia o me entristece, que yo sea el único que recuerde el día que beso por primera vez a ese otro.

Son esas cosas que uno recuerda cuando esta de bajona, esos días en los que uno, no le importaría morirse, pero tampoco quiere suicidarse. Porque morirme y suicidarme no son la misma cosa, no me importaría caer desplomado de repente sin motivo aparente, quedarme muerto tumbado en mi cama con la mirada perdida en el techo, pero no me tomaría veneno o saltaría por la ventana.