sábado, 30 de junio de 2012

La siesta imposible


Ni siquiera era la hora de comer, me moría de sueño, me caía, no sabía ni como había aguantado despierto hasta llegar a mi casa ni como había sido capaz de trabajar por la mañana, afortunadamente para mí había muy poquito que hacer. Eran las 14 cuando me tumbé a dormir, a las 14:30 me llamarón la primera vez, despertándome, no me dio ni tiempo a llegar al salón, cuando colgaron, pero ni cortos ni perezosos, treinta minutos después volvió a llamar otra persona, para informarme de que tenía cagaleras, a las 15:30 movistar. A las 16:00 alguien llama y no llego ni a descubrir quien fue ya que colgó antes de que llegara, a las 16:30 me invitan a una kínder party. Quedé en que sobré las 17 o 18 saldría de mi casa. Claro que cuando dije eso, yo pensé que habría dormido unas 4 horas, lo único que he hecho ha sido darme paseos de zombies.

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