Ese día yo no estaba en mi cama, yo estaba en la escuela y había dejado a mi ornitorrinco durmiendo después de una larga, larga noche. No tenía ganas de estar en clase y bueno, me fui de clase, pensaba vaguear por ahí tirado cuando sonó el teléfono.
“Tu ventana me ha golpeado en la cabeza con el pico y no paro de sangrar, ¿tienes algo que pueda echarme? Mercromina o algo...”
Se acabó el vaguear en ese momento empecé a correr deprisa de camino a mi casa, ains... mi pobre ornitorrinca que golpe se dio...
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